Como la Casa de los Sueños se le conoce a una construcción popular, la cual hace parte de un proyecto que nació hace más de 2 años, con el objetivo de desarrollar estrategias de desarrollo social para beneficio de niños vulnerables de un sector informal que con el transcurrir del tiempo, fue habitado por población recicladora de la localidad de Ciudad Bolívar. Hablamos del sector El Hueco, ubicado en el kilómetro 1 de la vía hacia la vereda de Quiba y delimitado por algunos sectores sensibles de la localidad como Nápoles, Bella flor y Paraíso.
Allí, en un rincón de ese maravilloso mundo –donde la pobreza no es la falta de conocimiento, sino de almas buenas que contribuyan a sacar adelante humildes corazones–, se vislumbra la morada del saber. Varas que soportan las tejas de zinc que sirven a su vez como protección del tejado y estantes en madera cargados de conocimiento; pocos muros en bloque y sin pañete, pero acompañados de pintura blanca, una alfombra instalada en cuadros recortados que permiten que reposar a los pies del futuro y algunas zonas que dejan ver los escombros y el material que cubre parte del piso, son acompañados por una hermosa bandera de la patria, la cual resume de lo que son capaces muchos colombianos. La humilde puerta se abre un 8 de junio de 2018, para dar paso a un espacio de beneficio colectivo, dirigido a aportar al desarrollo integral de los niños, niñas y adolescentes de este sector de la localidad 19 de Bogotá.
Se trata de una biblioteca ubicada en el corazón de la ‘Casa de los Sueños’ y que en su interior ha permitido lograr el desarrollo de herramientas de transformación social, como el bilingüismo y el Mindfulness o atención plena, herramienta funcional para el manejo de las emociones, el control del enfoque y la respiración, y una sala para sesiones de meditación. Esto es gracias a Kelly Montenegro, especialista en políticas públicas de la universidad de Los Andes, con formación académica en Ciencias Políticas y Gobierno, Relaciones Internacionales y 13 años de trabajo social; lo que la convierten no solo en una mujer servidora comunitaria, sino en la generadora de ese proyecto social, que hoy es ejemplo de distinción.
Desde pequeña, es amante de los libros y los cuentos, como sus regalos más apreciados. “La lectura es la capacidad que se tiene para transportar la mente hacia otros escenarios, a otros lugares, y a veces tenemos la imposibilidad de viajar, pero los libros y la lectura nos permite ir hasta donde queramos llegar. Es una herramienta para la transformación de las realidades sociales y en este sector de El Hueco nos encontramos con una población expuesta a muchos riesgos y donde la lectura puede ser una gran herramienta para que nuestras niñas, niños y adolescentes, entiendan que hay otras formas posibles de ser y hacer las cosas” destaca Kelly. Recuerda el primer libro que llego a sus manos: “Un atlas muy hermoso que le permite a los niños hacer un recorrido a diversos lugares del mundo y aprender que hay otros lugares más grandes que la localidad de Ciudad Bolívar”.
Hoy la biblioteca cuenta con cerca de 360 libros de los cuales 140 son en inglés “porque también estamos interesados en que nuestros niños hablen una segunda lengua, los días sábado brindamos el proceso del inglés, gracias a las profesoras que nos enseñan el nivel básico para podernos defender en cualquier parte del mundo”. Destaca que la respuesta de la comunidad, especialmente los padres de los niños y las niñas beneficiarias, ha sido maravillosa, toda vez que el proceso viene siendo construido por ellos mismos. “La Casita de los Sueños, donde está alojada la biblioteca comunitaria, es un escenario construido por los niños niñas y sus papás, ellos lo aman, lo asumen como propios. Como dicen ellos: de puertas para adentro, es como estar en otro mundo, ha sido una gran alegría, hemos podido tejer esos vínculos y el proceso ha tenido la sostenibilidad que tiene, porque parte de sus propias manos”.
El Progreso ha logrado adelantar sus procesos pedagógicos gracias al apoyo permanente de 2 familias del sector, de una ‘Tribu’ o grupo de voluntarios, del Club de las Poderosas, encargadas del tema sobre derechos sexuales y reproductivos y ‘Las panas’ con nuevas masculinidades. Según Kelly, en la Casa de los Sueños se atienden a niños desescolarizados que no cuentan con cupos en los colegios y se busca nivelarlos para que no pierdan ese conocimiento, siendo así como los lunes se adelanta un proceso de arte vivo, los miércoles los niños y las niñas disfrutan del mundo a través de las matemáticas aprendiendo a sumar, restar, multiplicar y dividir, los jueves derechos sexuales y reproductivos y el viernes con el club de ‘Los Panas’ las nuevas masculinidades.
Los fines de semana durante todo el día, estamos con el club del inglés, destaca la líder. A pesar de la pandemia, los niños y las niñas de este sector de la localidad se han beneficiado en capacitaciones sobre reconocimiento de derechos y proyecto de vida, se trabajó en la resignificación de los derechos de los niños, especialmente en aquellas víctimas de algún hecho cometido con ocasión de la violencia en el marco del conflicto armado en Colombia. “Se les enseñó sobre la magia de las artes circenses y en especial durante la época de cuarentena estricta y durante las fases de los picos más altos de la pandemia, por medio del comedor comunitario se le brindó apoyo nutricional a más de 150 menores en situación de pobreza”, concluyo la líder social.
